El formador como facilitador

A diferencia del concepto didáctico tradicional donde el formador domina el proceso de enseñanza/aprendizaje y adopta fundamentalmente la función de „transmisor de conocimientos", en el concepto de taller el formador asume más bien el rol de facilitador, es decir, estimula y promueve el proceso de aprendizaje e interviene muy pocas veces en relación a contenidos.Dos personas realizan la moderación (pareja docente - maestro de taller )

La moderación la suelen realizar generalmente dos personas (con la excepción de grupos pequeños). De este modo se presentan ante el grupo de alumnos como un grupo pequeño.

Ello tiene las siguientes ventajas:

1. Dos personas ofrecen a los alumnos una gama de comportamientos mucho más amplia como punto de referencia que una sola persona. Si a un alumno uno de los facilitadores no le resulta simpático, puede que simpatice con el otro.

2. La moderación requiere muchas reacciones espontáneas e improvisación. Los moderadores se pueden ayudar mútuamente en este sentido. Se apoyan en situaciones difíciles. Uno puede sustituir al otro en caso de quedarse estancado o en caso de que en un determinado momento no conecte con el grupo.

3. Pero también son necesarios dos facilitadores por razones técnicas. En la moderación surgen paralelamente diferentes tareas como dirigir la discusión, registrar, observar del grupo, saber captar el estado de ánimo.

4. Y, en definitiva, la alternancia de dos facilitadores (a nivel visual y vivencial) ejerce un efecto animador y estimulante sobre los alumnos: „Siempre la misma cara y la misma voz cansan".

En instituciones pequeños o para grupos pequeños no resulta factible que dos personas moderen el grupo. Ello no es razón para no aplicar el método de taller. La moderación „realizada por una sola persona" siempre será una mejor alternativa que renunciar a este método.